No lloran las gaviotas
Ahora se que no lloran las gaviotas,
Sólo vuelan, sólo vuelan
Y yo malgasté lo que nunca tuve
De tanto soñarlo.
De niña fui feliz y jugué,
Pero en mi casa había en el techo
Unas rayas abiertas que amenazaban
Y en la puerta, por ser la casa tan
pequeña,
También la ventana.
Mi padre trabajaba, mi madre se
oscurecía,
En la habitación única, todos de
noche dormían,
Menos yo, algunas veces,
Que no sé que cosas pedía.
Ahora sé que no lloran las gaviotas,
Sólo vuelan, sólo vuelan.
Nunca tuve miedo a las tormentas,
Ni a las brujas, ni a la tristeza.
Siempre quise saber lo que mas detrás
hay,
Siempre pensé, que las muñecas eran,
Hagamos una fiesta
Verdaderamente es una lástima
Que por no tener traje,
Te tengas que quedar en casa,
Sin poder ir a la fiesta.
Hagamos, pues, una
Para todos los que no lo tenemos.
Estoy segura que vendrían muchos,
Seria una fiesta envidiable.
No habría, tal vez, champán
Ni sala de plata y mármoles,
Pero si moqueta de hierba verde
Y decoración de corazones
Sin feos afanes.
No te haría falta corbata,
Ni zapatos nuevos,
Ni vestido brillante.
Entre la noche,
Bajo el cielo lleno de estrellas
sabias,
Se quemarían las eternas
distinciones,
Los antiguos disparates.
¡Hagamos una fiesta,
y venid, venid
Igual que el agua quiero
Caer desde un monte
Sin hacerme daño ni agujeros.
No tener ningún recuerdo
Por ser a cada paso otra,
Sin conocer a la primera.
¡Ay!, un río de agua dulce
Para pasar por los lugares aliviando,
Para llevar en mis alas a los hombres
Y hacerles iguales al bañarlos.
Para sentir a cuestas
Sus nuevas risas nadando.
Para borrar sus penas
Mientras van dormidos de la mano.
Fácil, nado cálido,
Como tuvo que ser al principio,
Cuando estaba todo recién creado.
Fresco viaje acurrucados,
Como podría ser hasta el infinito,
Si eso es lo que más deseamos.
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